sábado, 20 de agosto de 2011

De Trivandrum a Varkala


Ayer me levanté y me fui a la estación de trenes de Trivandrum para irme a Varkala. Los andenes son kilométricos y ya están numerados en zonas en las que supuestamente para el vagón con la categoría con la que has comprado el billete. Tenía que viajar en AC2 Tier y en el timetable ponía que era en la zona A4. El problema es que según en la dirección que mires el número 4 se convierte en el 22 y como no sabía por donde tenía que venir el tren me di unos cuantos paseos arriba y abajo cargada como una mula. Cuando llegó el tren tuve que pelearme con 100 indios cargados de paquetes hasta las orejas e intentar subir dejándome llevar por la marabunta para poder subir al tren. Ni número de asientos ni ostias!. Me quedé atrapada con las mochilas suspendidas entre sudorosos cuerpos y con unas uñas de pies del indio que estaba subido a una especie de litera que amenazaban en meterse en mis ojos al mínimo movimiento. Lo jodido sería a la hora de bajar porque no sabía qué parada era y a ver si tenía narices de hacerme de nuevo con las mochilas y atravesar, contorsionándome , a la multitud de indios apelotonados y en un escaso minuto llegar a la puerta de salida mientras subían a muerte los que estaban en la estación. Al final lo conseguí! ¿ Cómo? Lanzando las mochilas hacia fuera tras acto seguido dar un salto mortal hacia al andén. Definitivamente la clase sleeper es gloria!
Vino un ricksaw a buscarme y llegué al Homestay Eva Luna. Esto es el paraíso personificado. Es una casa de tipo colonial donde reina una paz y una tranquilidad increible. Comí algo y aproveché para hacerme un full massage de hora y media que me dejó como nueva.
Luego me fui a dar una vuelta por el acantilado y me senté a tomarme una kingfisher de litro...porque aquí son así...así que con la litrona me tuve que pedir un sandwich de pollo para que se me pasar el medio colocón que había pillado de golpe!
En el acantilado o aquí le llaman The Cliff, me encontré con las chicas andaluzas con las que estuve en la Fundación y nos fuimos a mirar unas tiendecillas. Esta parte está llena de restaurantes y chiringuitos donde puedes pasear o pasar un agradable rato conversando con los locales sentada mirando el mar.
Aquí la gente es muy simpática y la gente te va saludando como si de un vecino más se tratara. Me encanta Varkala. De echo tengo que estar aquí hasta el miércoles pero estoy pesando en prolongarlo al menos una semana. Ya veremos.....live is unespected!!
 

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